domingo, 27 de noviembre de 2016

PRIMER DOMINGO




Señor, ayúdame a estar vigilante
y no dejarme confundir
con el ruido del mundo...
quiero estar atento y preparado
para el momento de tu llegada.
Preparar mi alma y mi corazón con la
oración, para mantener viva
mi fe y mi esperanza
y hacer de mi un hombre nuevo
según sea tu voluntad.

Amén.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

A VECES



DOBLE PENSAR





 Doblepensar(1) significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad. El doblepensar está arraigado en el corazón mismo del Ingsoc (2), ya que el acto esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega... todo esto es indispensable. Incluso para usar la palabra doblepensar es preciso emplear el doblepensar. Porque para usar la palabra se admite que se están haciendo trampas con la realidad. Mediante un nuevo acto de doblepensar se borra este conocimiento; y así indefinidamente, manteniéndose la mentira siempre unos pasos delante de la verdad. En definitiva, gracias al doblepensar ha sido capaz el Partido —y seguirá siéndolo durante miles de años— de parar el curso de la Historia”


Fragmento del libro ficticio "Teoría y práctica del colectivismo oligárquico" de Emmanuel Goldstein, que el protagonista de la novela 1984 de Orwell, Winston Smith y el lector leen simultáneamente.





  (1) Doblepensar (doublethink en inglés) es un neologismo que aparece en la novela 1984 de George Orwell, y que forma parte del léxico de la llamada neolengua. Según el propio autor, el doble pensar, como herramienta de dominación, se puede definir de la siguiente manera.

  (2) Ingsoc es el nombre del acrónimo "Socialismo Inglés" en el idioma ficticio neolengua con el que se denomina a la ideología del partido gobernante en la novela 1984 de George Orwell. En dicho libro, el Ingsoc no es sólo el nombre del Partido que dirige con mano de hierro los destinos del Estado totalitario intercontinental de Oceanía, una de las tres porciones del mundo en la novela, sino su propia ideología.
El Ingsoc reafirma su poder eliminando toda prueba de cualquier realidad diferente a la suya, utilizando para ello la enorme capacidad logística del Ministerio de la Verdad, que se encarga de escribir, borrar y reescribir constantemente la historia según las cambiantes necesidades del Partido y la filosofía del doblepensar. 
El Ingsoc se caracteriza por canalizar toda la angustia y frustración del pueblo hacia un odio irracional contra el enemigo, y un amor equivalente al Gran Hermano, provocando así una ciega obediencia y la destrucción total de todo vínculo afectivo con cualquier otro ser que no sea el Gran Hermano.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Doblepensar

martes, 22 de noviembre de 2016

PARA DORMIR EN PAZ



NO LO DUDES...



LA ECOLOGÍA DE LA ACCIÓN




No es posible asumir posiciones éticas en nuestra vida cotidiana si no consideramos todas las posibles consecuencias de nuestras acciones en el entorno. Y esto en pensamiento complejo equivale a pensar con la ecología de la acción. La ecología de la acción consiste en que cuando comienza una acción determinada, ésta entra en diversas interacciones en uno mismo, en el medio ambiente, en los otros y en la sociedad en general, que pueden llevar a que se produzcan resultados contrarios o muy diferentes a la intención o intenciones iniciales con las cuales se puso en juego la acción inicial.

Entonces, pensar complejamente es pensar en todas las posibles consecuencias de nuestras acciones en los diversos entornos, teniendo en cuenta los dos polos: el de la intención y el de los resultados.

Para actuar de forma ética es esencial prevenir las consecuencias negativas de nuestras acciones. Cuando pensamos complejamente, tenemos un pensamiento multidimensional, global y sistémico, y de esta manera entendemos que todo está interrelacionado, donde el bienestar nuestro es el bienestar de los demás, de la especie y del ambiente, y que a la vez, el bienestar de los demás es el bienestar del ambiente, de la especie y de nosotros mismos, ya que hay un bucle individuo-sociedad-especie-ambiente.

Actuamos éticamente cuando reconocemos con prontitud y en toda su significación los errores que como seres humanos cometemos cada día. Pensar complejamente es trascender nuestros esquemas mentales con flexibilidad y reflexión sobre nuestros actos, dialogando de forma continúa con nuestras ideas y percepciones, para tener en cuenta los contextos y a los demás, y así podernos percatar de errores en nuestra forma de vivir.
Cuando se tiene un pensamiento simple, se tiende a pensar que somos perfectos y que no nos equivocamos, o se nos dificulta dialogar con nosotros mismos y reflexionar sobre nuestras acciones teniendo en cuenta el ambiente y a los demás.

En la ética, en caso de cometer algún error, es preciso repararlo en el menor tiempo posible y de la manera más integra, evitando otros efectos negativos en el entorno. Tener compromiso ético es reparar nuestros errores y sus consecuencias negativas hasta donde sea posible, de lo contrario no se puede hablar de acción ética. Y aquí de nuevo entra el pensamiento complejo.

Pensar complejamente es reparar los errores de nuestras acciones en un plano ecológico, que significa tener en cuenta que si no las reparamos, o si nos demoramos en repararlas, o si la reparación no es integral, se tendrán efectos negativos, y, en algunos casos catastróficos, que afectan el bienestar personal, social, ambiental y de la especie, por el bucle existente entre todas estas dimensiones que conforman una sola totalidad. Esto trasciende el planteamiento tradicional de la responsabilidad por los actos como esencia de la ética. Se puede ser responsable de los actos y, sin embargo, no ser éticos en la forma de vivir, por repetir los mismos errores o por no repararlos, o por repararlos de forma no integral.

En la gestión del conocimiento, en cualquier campo y quehacer laboral - profesional, se nos plantea entonces el compromiso de actuar con ética, pero con un ética integral, multidimensional, al servicio del bienestar personal, pero también al servicio del bienestar colectivo y del medio ambiente, con proyección futura. Y esa es la ética que se tiene cuando se piensa y actúa de forma compleja. El  mundo se moverá en una dirección ética, sólo si queremos ir en esa dirección, y si queremos hacerlo necesitamos desarrollar el pensamiento complejo, para tener conciencia ecológica de nuestro ser en la sociedad, en el mundo y en el cosmos. De lo contrario, seguiremos en el error de gestionar el conocimiento al servicio de intereses egoístas que son los que nos tienen en una altísima contaminación, pérdida del sentido humano de realización, crisis del tejido social y familiar con los consecuentes actos de violencia, y el imperio de la política en general sin regulación ética y sin la visión del hombre íntegro e integral.

@gantillano




DEL SER IDIOTA




Hace años que me doy cuenta y no me importa, pero nunca se me ocurrió escribirlo porque la idiotez me parece un tema muy desagradable, especialmente si es el idiota quien lo expone.

Puede que la palabra idiota sea demasiado rotunda, pero prefiero ponerla de entrada y calentita sobre el plato aunque los amigos la crean exagerada, en vez de emplear cualquier otra como tonto, lelo o retardado y que después los mismos amigos opinen que uno se ha quedado corto. En realidad no pasa nada grave pero ser idiota lo pone a uno completamente aparte, y aunque tiene sus cosas buenas es evidente que de a ratos hay como una nostalgia, un deseo de cruzar a la vereda de enfrente donde amigos y parientes están reunidos en una misma inteligencia y comprensión, y frotarse un poco contra ellos para sentir que no hay diferencia apreciable y que todo va benissimo. Lo triste es que todo va malissimo cuando uno es idiota, por ejemplo en el teatro, yo voy al teatro con mi mujer y algún amigo, hay un espectáculo de mimos checos o de bailarines tailandeses y es seguro que apenas empiece la función voy a encontrar que todo es una maravilla. Me divierto o me conmuevo enormemente, los diálogos o los gestos o las danzas me llegan como visiones sobrenaturales, aplaudo hasta romperme las manos y a veces me lloran los ojos o me río hasta el borde del pis, y en todo caso me alegro de vivir y de haber tenido la suerte de ir esa noche al teatro o al cine o a una exposición de cuadros, a cualquier sitio donde gentes extraordinarias están haciendo o mostrando cosas que jamás se habían imaginado antes, inventando un lugar de revelación y de encuentro, algo que lava de los momentos en que no ocurre nada más que lo que ocurre todo el tiempo.

Y así estoy deslumbrado y tan contento que cuando llega el intervalo me levanto entusiasmado y sigo aplaudiendo a los actores, y le digo a mi mujer que los mimos checos son una maravilla y que la escena en que el pescador echa el anzuelo y se ve avanzar un pez fosforecente a media altura es absolutamente inaudita. Mi mujer también se ha divertido y ha aplaudido, pero de pronto me doy cuenta (ese instante tiene algo de herida, de agujero ronco y húmedo) que su diversión y sus aplausos no han sido como los míos, y además casi siempre hay con nosotros algún amigo que también se ha divertido y ha aplaudido pero nunca como yo, y también me doy cuenta de que está diciendo con suma sensatez e inteligencia que el espectáculo es bonito y que los actores no son malos, pero que desde luego no hay gran originalidad en las ideas, sin contar que los colores de los trajes son mediocres y la puesta en escena bastante adocenada y cosas y cosas. Cuando mi mujer o mi amigo dicen eso --lo dicen amablemente, sin ninguna agresividad-- yo comprendo que soy idiota, pero lo malo es que uno se ha olvidado cada vez que lo maravilla algo que pasa, de modo que la caída repentina en la idiotez le llega como al corcho que se ha pasado años en el sótano acompañando al vino de la botella y de golpe plop y un tirón y no es mas que corcho. Me gustaría defender a los mimos checos o a los bailarines tailandeses, porque me han parecido admirables y he sido tan feliz con ellos que las palabras inteligentes y sensatas de mis amigos o de mi mujer me duelen como por debajo de las uñas, y eso que comprendo perfectamente cuánta razón tienen y cómo el espectáculo no ha de ser tan bueno como a mí me parecía (pero en realidad a mí no me parecía que fuese bueno ni malo ni nada, sencillamente estaba transportado por lo que ocurría como idiota que soy, y me bastaba para salirme y andar por ahí donde me gusta andar cada vez que puedo, y puedo tan poco). Y jamás se me ocurriría discutir con mi mujer o con mis amigos porque sé que tienen razón y que en realidad han hecho muy bien en no dejarse ganar por el entusiasmo, puesto que los placeres de la inteligencia y la sensibilidad deben nacer de un juicio ponderado y sobre todo de una actitud comparativa, basarse como dijo Epicteto en lo que ya se conoce para juzgar lo que se acaba de conocer, pues eso y no otra cosa es la cultura y la sofrosine. De ninguna manera pretendo discutir con ellos y a lo sumo me limito a alejarme unos metros para no escuchar el resto de las comparaciones y los juicios, mientras trato de retener todavía las últimas imágenes del pez fosforescente que flotaba en mitad del escenario, aunque ahora mi recuerdo se ve inevitablemente modificado por las críticas inteligentísimas que acabo de escuchar y no me queda más remedio que admitir la mediocridad de lo que he visto y que sólo me ha entusiasmado porque acepto cualquier cosa que tenga colores y formas un poco diferentes. Recaigo en la conciencia de que soy idiota, de que cualquier cosa basta para alegrarme de la cuadriculada vida, y entonces el recuerdo de lo que he amado y gozado esa noche se enturbia y se vuelve cómplice, la obra de otros idiotas que han estado pescando o bailando mal, con trajes y coreografías mediocres, y casi es un consuelo pero un consuelo siniestro el que seamos tantos los idiotas que esa noche se han dado cita en esa sala para bailar y pescar y aplaudir. Lo peor es que a los dos días abro el diario y leo la crítica del espectáculo, y la crítica coincide casi siempre y hasta con las mismas palabras con o que tan sensata e inteligentemente han visto y dicho mi mujer o mis amigos. Ahora estoy seguro de que no ser idiota es una de las cosas más importantes para la vida de un hombre, hasta que poco a poco me vaya olvidando, porque lo peor es que al final me olvido, por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde, o el olor de un vagón de tren cuando uno entra y se tiene un billete para un viaje de tantas horas y todo va a ir sucediendo prodigiosamente, el sándwich de jamón, los botones para encender o apagar la luz (una blanca y otra violeta), la ventilación regulable, todo eso me parece tan hermoso y casi tan imposible que tenerlo ahí a mi alcance me llena de una especie de sauce interior, de una verde lluvia de delicia que no debería terminar más. Pero muchos me han dicho que mi entusiasmo es una prueba de inmadurez (quieren decir que soy idiota, pero eligen las palabras) y que no es posible entusiasmarse así por una tela de araña que brilla al sol, puesto que si uno incurre en semejantes excesos por una tela de araña llena de rocío, ¿qué va a dejar para la noche en que den King Lear? A mí eso me sorprende un poco, porque en realidad el entusiasmo no es una cosa que se gaste cuando uno es realmente idiota, se gasta cuando uno es inteligente y tiene sentido de los valores y de la historicidad de las cosas, y por eso aunque yo corra de un lado a otro del Bois de Boulogne para ver mejor el pato, eso no me impedirá esa misma noche dar enormes saltos de entusiasmo si me gusta como canta Fischer Dieskau. Ahora que lo pienso la idiotez debe ser eso: poder entusiasmarse todo el tiempo por cualquier cosa que a uno le guste, sin que un dibujito en una pared tenga que verse menoscabado por el recuerdo de los frescos de Giotto en Padua. La idiotez debe ser una especie de presencia y recomienzo constante: ahora me gusta esta piedrita amarilla, ahora me gusta "L'année dernière à Marienbad", ahora me gustas tú, ratita, ahora me gusta esa increíble locomotora bufando en la Gare de Lyon, ahora me gusta ese cartel arrancado y sucio. Ahora me gusta, me gusta tanto, ahora soy yo, reincidentemente yo, el idiota perfecto en su idiotez que no sabe que es idiota y goza perdido en su goce, hasta que la primera frase inteligente lo devuelva a la conciencia de su idiotez y lo haga buscar presuroso un cigarrillo con manos torpes, mirando al suelo, comprendiendo y a veces aceptando porque también un idiota tiene que vivir, claro que hasta otro pato u otro cartel, y así siempre.



Julio Cortázar
Fragmento del Libro ”La Vuelta al Día en Ochenta Mundos” 1967




SER O PARECER ÉTICOS




Hay cosas que parecen y otras que son. Distinguir cabalmente la apariencia de la esencia, la imagen de la ética, no es tarea fácil, pero sí provechosa.

¿Es posible diferenciar la crítica honesta de la vituperación maliciosa, la indignación de la ira, el desdén de la envidia o el rechazo legítimo de los celos? A estas actitudes las distingue únicamente la textura del alma, porque la acción es siempre mecánica y responde a una fuerza soberana que la anima. Así lo que en un hombre íntegro es sana indignación, en el mezquino puede ser cólera impotente. Todo se reduce a un juego de intenciones.

No hay espectáculo más patético que el que ofrece quien pretende ser lo que no es. Condenándose a la hipocresía y a la mentira se exilia de sí mismo para errar de por vida en un universo ficticio, desconectado de su propia realidad y carente de toda consistencia.

No es fácil el oficio de vivir dignamente, no. Uno ha de crear su propio personaje y dotarle de verosimilitud y altura, lo que implica una renuncia constante a la ventaja en aras de la ética, que es algo así como el "fair play" del espíritu. Desde luego, resulta mucho más tentador revestirse de una ética aparente y jugar sucio tras el parapeto de la imagen.

Muchos son los males de nuestra sociedad y muchas las soluciones que se aportan en el mayor despliegue de frivolidad que han conocido los siglos, pero hay un paso esencial que dar para recuperar la dignidad y la autoestima de la especie y terminar con el nefasto culto a la imagen, es el rearme ético.

¿Y en qué consiste la ética? Ante todo, en la autenticidad. ¿Y qué es la autenticidad? La transparencia del espíritu, la verdad. Hay que ser idénticos en el pensamiento, la palabra y la obra. No es posible convivir pensando de una manera, hablando de otra y actuando de una tercera. Ser ético también implica asumir posiciones éticas en nuestra vida cotidiana considerando todas las posibles consecuencias de nuestras acciones en el entorno.

Habría que citar también la no violencia, como estilo ético de vida. No puede haber ética en la violencia, que es la grosera reacción del ego desairado, como tampoco la hay en las formas engañosamente blandas con que muchos esconden su pavor a aceptar responsabilidades y mantener unos principios. La no violencia requiere la mayor bravura porque implica no deponer la firmeza del criterio y la postura, aún ante la injusticia, la intransigencia y la provocación. Para muchos, hoy, la no violencia se reduce a otra moda, a una mera cuestión estética, pero para quien bien la entiende llega mucho más lejos; es el resultado de una eco-visión en la que nada ni nadie se considera aislado del resto ni, por tanto, es susceptible de ser juzgado, condenado y destruido con abstracción del contexto. Es la sabiduría de deshacer los nudos contra la furia de romper las cuerdas.

Finalmente, la templanza, es la virtud que modera la pasión y encauza el empuje desbordante de los deseos. Si estos no se frenan, toda ética es ficticia. Nadie está libre de impulsos acuciantes, cuyo oscuro y primitivo origen se esconde en las profundidades del subconsciente. Esa posesividad que nos empuja a apropiarnos de cuanto nos place (¿tal vez porque albergamos un Rey Supremo en lo más recóndito del Ser?) debe ser templada con el ejercicio de la discriminación. Dar rienda suelta a las fuerzas desatadas del hombre sólo lleva al caos y a la destrucción. La civilización consiste precisamente en dominar las fuerzas inferiores con el desarrollo de la razón y otras facultades superiores.

De acuerdo, la represión a ultranza es traumática e indeseable, pero una convivencia ética obliga a un esfuerzo razonable para someter los oscuros instintos egoístas y potenciar las actitudes generosas.

Nuestra sociedad permisiva ya está dando suficientes muestras de hastío y alarma ante la hecatombe que ha supuesto la necia implantación de una ética descabellada y acomodaticia, tal vez como reacción pendular a la hipócrita represión sufrida en recientes tiempos pretéritos. ¿Habremos aprendido ya que la ética no puede imponerse, puesto que es una actitud soberana e individual?

No es preciso escuchar sólo la voz de las Instituciones. Todo individuo es plenamente libre y capaz para reconciliarse consigo mismo y renunciar al desasosiego de un espíritu a la deriva, tomar las riendas de su propia existencia e imponerse la disciplina ética que canalice su esfuerzo hacia metas generosas de bienestar individual y colectivo, recuperando así su dignidad humana.

Paralelamente, el culto a la imagen, la hipocresía y la apariencia mentirosa que blanquean muchos sepulcros han de quedar, finalmente, de manifiesto y morir por sí solos.

@gantillano
Gustavo Antillano





domingo, 20 de noviembre de 2016

DÉJAME, PENSAMIENTO, DÉJAME




Déjame, pensamiento, déjame,
mañana seré tuyo,
volveré a ser tu presa.
Pero hoy,
mientras la luz araña en los árboles y pide
una oportunidad,
quiero que me recoja la inútil primavera.

A la casa del frío
regresaré mañana, cuando el tiempo
exponga sus razones
y el corazón pregunte
lo que falta por ver,
cuántos latidos
pueden quedarle para detenerse.

Luis García Montero





PENSAMIENTOS ATEMPORALES




*

“Los tiempos primitivos son líricos, los tiempos antiguos son épicos, los tiempos modernos son dramáticos”

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“Todo poder es deber”

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“El futuro tiene muchos nombres: para el débil es lo inalcanzable, para el miedoso, lo desconocido. Para el valiente, la oportunidad”

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“El alma tiene ilusiones como el pájaro alas; eso es lo que la sostiene”

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“Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres”

*

Es fácil ser bueno; lo difícil es ser justo”

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“El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo”

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“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien”

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“Quien me insulta siempre, no me ofende jamás”

*

“Lo que conduce y arrastra al mundo no son las máquinas sino las ideas”

*

“Ningún ejército puede detener la fuerza de una idea cuando llega a tiempo”


VÍCTOR HUGO



POR SIEMPRE...



PARA COMENZAR LA SEMANA



FELIZ DOMINGO



viernes, 18 de noviembre de 2016

ESO DICEN...


LO NECESITO



AGOTADO



GLORIA A TÍ, CASTA SEÑORA




















































HIMNO DE NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ


Gloria a tí

Coro

Gloria a ti, Casta Señora
de mi pueblo bravo y fuerte
que en la vida y en la muerte
llora,lucha,canta y ora

I
Autóctona Virgen, de rostro bronceado
mi lago encantado te exorna los piés
con rizos y ondas de armónico halago
y reina del lago te digan doquier

II
Bruñeron tus sienes de lirios plasmadas
ígneas llamaradas de eterno brillar
por eso mi Tierra que el trópico inflama
del sol te proclama la Reina inmortal

III
La entraña fecunda del suelo nativo
por ti fluya un vivo tesoro sin fin
riberas y llanos, lagunas y Sierras
Reina de mi Tierra te digan a ti.

IV
Y porque mi casta florezca en virtudes
tus excelsitudes proclame la grey
Reina de mi tribu llamándote en tanto
la dicha o el llanto nos colmen, Amen.


Graziela Rincón Calcaño (Letra)
Adolfo de Pool (música)







A MI CHINITA







LA HISTORIA DE UNA TABLITA




VIRGEN MARÍA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ 
PATRONA DE MARACAIBO


De acuerdo con la tradición zuliana, la Chinita llegó a Maracaibo sobre las olas del lago. Cuenta la historia que un día del año 1749, una sencilla mujer acababa de lavar su ropa en las orillas del lago de Maracaibo, cuando repentinamente vio flotando una tablita de madera fina, la cual recogió pensando en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en el corredor de su casa. A la mañana siguiente, cuando estaba colando el café, la mujer escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Fue a ver lo que sucedía y quedó sobrecogida de asombro al ver que la tablita brillaba y que aparecía en ella, la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Por tal motivo, la mujer comenzó a gritar ¡Milagro! ¡Milagro!, por lo que de ahí proviene el nombre de El Milagro a la actual avenida junto al lago, donde estaba la casita de la lavandera. Luego de lo sucedido, numerosas personas acudieron a presenciar el prodigio, convirtiéndose por esto la casa de la humilde mujer en un lugar de veneración de la Virgen por parte de múltiples creyentes. Al tiempo de lo acontecido en casa de la humilde lavandera, las autoridades de Maracaibo decidieron realizar una procesión en honor de la Chinita. Cuenta la leyenda, que la Virgen era llevada en hombros por dos hombres elegidos por el propio Gobernador, cuando al doblar una esquina, la imagen se puso tan pesada que impidió seguir moviéndola. Finalmente, después de muchos ruegos al cielo y súplicas a la Virgen, uno de los presentes exclamó: "Tal vez la Virgen no quiera ir a la Iglesia Matriz y prefiera la de San Juan de Dios". Según la tradición popular, estas palabras se tomaron como una inspiración divina, ya que, la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia de la gente humilde de Maracaibo y la imagen recuperó su peso normal. Es por esto, que desde ese día, la Virgen de la Chiquinquirá, la querida Chinita, protege desde su templo, hoy basílica, al pueblo zuliano.


En la actualidad la casa donde se efectuó el hallazgo se levanta un majestuoso templo hogar de nuestra Santa Patrona en el cual se celebra el santo sacrificio de la misa y aquella tablita milagrosa en la cual se encuentra reflejada la imagen sagrada, se expone con orgullo en este altar, donde podemos ver con gran claridad la indescriptible y soberana aparición de la Virgen de Chiquinquirá. La calle donde estaba la casa tomó desde ese momento el nombre de Calle del Milagro.









¡FELIZ DÍA CHINITA!




Hoy 18 de noviembre es un día muy importante para los zulianos y para todos aquellos que como yo, se han sentido conmovidos por la inmensa devoción de un pueblo hacia la querida Chinita.

Tras 307  años de la aparición en la tablita de la Virgen de la Chiquinquirá, la fe que el pueblo zuliano tiene en la Chinita hace de este de día una celebración sin igual, que moviliza a cientos de feligreses, cada año, para venerar su sagrada imagen en el templo de la Basílica de Maracaibo y disfrutar de la “Feria de la Chinita”.

La Virgen de Chiquinquirá es la patrona del pueblo zuliano y de la Guardia Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, fue coronada canónicamente con las ofrendas de oro junto a piedras preciosas y semipreciosas tales como rubíes, zafiros y esmeraldas, que su pueblo le ha obsequiado desde la colonia.


Momumento a la Virgen de Chiquinquirá

HISTORIA DE LA APARICIÓN

Cuenta la historia que una humilde anciana lavandera, conocida como María Cárdenas, habitante de un barrio humilde de Nueva Zamora de Maracaibo denominado El Saladillo, lo que es hoy el Paseo Ciencias, cumplía su faena en las orillas de la laguna de Coquivacoa (hoy Lago de Maracaibo) cuando una tablita llegó a sus manos, sin ninguna particularidad que la hiciere especial, la misma fue recogida por la lavandera dándole la utilidad de tapa para la tinaja de agua. Al tiempo a la anciana le pareció reconocer en la tablita una imagen muy borrosa de carácter religioso y por reverencia la colocó en una pared de su casa.

El 18 de noviembre de 1709 se encontraba concentrada en sus quehaceres, por lo que no prestó atención a una serie de golpes que se escuchaban en la pared donde colgó la imagen. Los golpes se escucharon de nuevo, pero ella no se movió. Sin embargo, a la tercera vez, se dirigió extrañada al lugar de donde venían los golpes y sorprendida vio cómo la tablita se iluminó con luces deslumbrantes donde se apreciaba claramente  la imagen de la Virgen sobre una media luna con un niño en brazos  y a su lado San Andrés y San Antonio.


Básilica de Maracaibo foto @gantillano



La señora, al ver esto, no pudo evitar  tanta emoción y corrió a la calle para gritar: ¡Milagro! ¡Milagro! Los vecinos acudieron a la casa de la mujer y corroboraron la existencia de la sagrada imagen. Muchos certificaron el milagro pues vieron la tabla, con apagados colores y confusos contornos.

Se dice que el retablo de la Virgen de Chiquinquirá fue arrojado a las aguas desde un barco pirata, luego de un saqueo, y la imagen fue arrastrada por la corriente hasta el Lago de Maracaibo, encontrada por la piadosa viejecita que la dio a conocer entre sus paisanos.




Virgen de Chiquinquirá foto @gantillano



CELEBRACIONES EN HONOR A LA CHINITA

El mes de noviembre el pueblo marabino y todo el estado Zulia celebra la tradicional “Feria de la Chinita”, como cariñosamente se le denomina en la región, fecha que se ha convertido en ocasión de fiestas para los fieles del pueblo zuliano y sus alrededores.

Por tal motivo se realizan alumbrado de las avenidas Bella Vista, Padilla y el Bolipuerto de Maracaibo, corridas de toros, bailes en sitios públicos y privados de la ciudad, juegos de béisbol, la elección la reina de la feria, el desfile de carrozas y comparsas, fuegos artificiales que alumbran el cielo marabino, chimbangueles que retumban, bandas orquestales y el impresionante Amanecer Gaitero, en el que el pueblo zuliano se congrega en la madrugada del día 18 en la plazoleta de la Basílica, para cantarle a la Chinita las Mañanitas y el Cumpleaños Feliz.



Feligreses de la Chinita


DATOS

La corona de la Chinita está sostenida por cuatro ángeles de plata, en la época hispánica la tabla fue cubierta en sus bordes con un repujado de oro.

La imagen tiene un cetro de oro, zafiros y esmeraldas y cuenta con una corona elaborada con piedras denominadas “tumas” obsequio de la etnia guajira.

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es una de las advocaciones con que se venera a la Virgen María en el catolicismo.

Es la patrona y reina de Colombia, del Estado Zulia en Venezuela, y de la ciudad de Caraz, en el departamento de Ancash en Perú.



Marianos de la Virgen


La imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se ha trasladado en varias oportunidades a múltiples sitios; una de las más recordadas fue cuando visitó la capital de la República y de manera más frecuente ha sido paseada por las diferentes parroquias del estado Zulia, trasladándose en lanchas por el lago y los ríos, en vehículos terrestres y hasta en helicóptero. Hoy estas visitas continúan pero haciendo uso de una réplica por resguardo de la imagen original.

La gran devoción a la Virgen de Chiquinquirá es muy grande en la ciudad de Maracaibo y en todo el estado, esto se debe a la multiplicidad de favores que ha concedido a sus devotos.

La Chinita, tres siglos después de su aparición a orillas del Lago de Maracaibo, es y seguirá siendo la excelsa Virgen de los zulianos.




Virgen de Chiquinquira foto @gantillano